Enfrentar cada día desde nuestro hogar la incertidumbre de los días venideros y el tedio generalizado, nos coloca un en un estado de búsquedas e interacciones virtuales.

Volcar hacia un aliciente que nos brinde el confort y la naturalidad en la que vivíamos, sacarnos totalmente de nuestra realidad de clausura, y encontrar algo que nos acerque a una inventiva de viaje más allá de las paredes de nuestro nicho hogareño.

Como artista escénico, tengo la necesidad de fungir como creadora dentro de la actual situación, e interactuar con la posibilidad que brindan las redes sociales y de compartir el quehacer artístico que se encuentra en constante renovación. Tal motivo deriva hacia la creación del proyecto El sofá devoró mi pantufla.

Serie de diez historias de Instagram, cuadros dancísticos que jugaran con la idea de resignificar los espacios del hogar, volviéndolos irreales, únicos y con una carga onírica que sumergirá al espectador en ese particular e inexplicable estado entre la vigilia y el sueño.

Cada cuadro se caracteriza por una estética visual contemplativa y un alucinante estímulo sonoro que hará de esta serie, un producto video gráfico ideal para las dinámicas de interacción que brindan las redes sociales hoy en día.