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Ensambles de maderas y piano de la Orquesta Sinfónica Nacional

La Orquesta Sinfónica Nacional del Instituto Nacional de Bellas Artes presenta "Ensambles de maderas y piano", en los que participan Ernesto Diez de Sollano, flauta; Norma Puerto de Dios, oboe; Rolando Cantú, oboe; Carolina Lagunes, fagot y Argentina Durán, piano, para interpretar un programa con música de Josef Fiala, Ludwig van Beethoven y Francis Poulenc, en el marco del ciclo de Grupos de cámara OSN, que prepara el retorno gradual y seguro del ensamble más representativo de nuestro país al Palacio de Bellas Artes.

Inaugura este programa musical el Duo concertante para oboe y fagot de Josef Fiala, compositor, oboísta, virtuoso de la viola da gamba, violonchelista y pedagogo, nacido en 1748 en Lochovice, Bohemia, ahora República Checa. Comenzó su carrera profesional como oboista al servicio de la condesa Netolicka. En 1777, Fiala se mudó a Munich para servir en la orquesta de la corte del Elector Maximiliano José, donde Wolfgang Amadeus Mozart quedó muy impresionado por su ensamble de alientos. Mozart ayudó a Fiala a asegurar una posición en la corte en 1778 después de la muerte del Elector. En 1785 se trasladó a Fiala a Viena y en 1786 a San Petersburgo, donde trabajó en la corte de Catalina la Grande.En el marco de la conmemoración del 250 aniversario de Ludwig van Beethoven, este concierto presenta su Trío para flauta, fagot y piano en Sol mayor, obra que no fue publicada durante la vida del Genio de Bonn, compuesta probablemente en 1786, cuando él tenía 15 años. Las circunstancias y los logros de la juventud de Beethoven no son tan legendarios como los de Mozart. Sin embargo, el padre de Beethoven era un músico profesional que inició la educación musical de su hijo a muy temprana edad. El joven Ludwig hizo su primera presentación a los 7 años de edad y público su primera composición cuando tenía sólo 11 años. Si bien este Trío para flauta, fagot y piano se desarrolla dentro de las convenciones clásicas de la época, el joven Beethoven ya muestra el músculo musical que se convertiría en un rasgo distintivo de su obra, con acentos fuera de ritmo y frecuentes cambios abruptos en la dinámica y el carácter.Concluye el programa con el Trio para oboe, fagot y piano de Francis Poulenc, estrenado en 1926 y dedicado a Manuel de Falla, gran admirador de la pieza. Pese a que varios temas son una reminiscencia de Mozart, el trío es considerado por algunos como la primera gran obra del repertorio de música de cámara del compositor. 

Si bien Poulenc se asoció con los círculos modernistas de París, siempre permaneció fiel a la sencillez y transparencia del neoclasicismo francés. En una carta fechada en 1942, Poulenc escribió: "Sé perfectamente que no soy uno de esos compositores que han hecho innovaciones armónicas como Igor [Stravinsky], Ravel o Debussy, pero creo que hay espacio para la nueva música a la que no le importa usar los acordes de otras personas. ¿No fue así con Mozart-Schubert?" De hecho, la música de Poulenc fue impulsada por un vivo sentido de la invención melódica, que se contrapone a fondos armónicos tradicionales.

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