Performance de Arturo Hernández. La propuesta integra el fenómeno psicoacústico. Diversas imágenes hechas con polvo de carbón sobre vidrio, soportadas por tres estructuras rectangulares de acero, serán expuestas a la frecuencia, vibración y presión de dos voces que al tiempo que destruyen las imágenes, generan un tercer tono: una voz fantasmal que en realidad nadie emite pero todos perciben.