Este Jardín Sonoro Virtual se compone de las siguientes obras resguardadas en las bóvedas de la Fonoteca Nacional de México.

“Andante con variaciones”
Nadia Stankovich, piano
Autor: Manuel Antonio del Corral

“Ave María”
Flavio Becerra, tenor
Orquesta del Festival de la Ciudad de México, Benjamín Juárez Echenique, director
Autor: Luis Baca

Obertura “La primavera”
Orquesta Sinfónica del Instituto Politécnico Nacional, Armando Sayas, director
Autor: Joaquín Beristáin

“Villa de Guadalupe, galope del ferrocarril”
Silvia Navarrete, piano
Autor: Luis Hahn

“Sobre las olas”
Cuarteto Latinoamericano; Miguel Pacheco, salterio; Víctor Flores, contrabajo; Alberto Cruzprieto, piano.
Autor: Juventino Rosas

“Las bicicletas”
Martha García Renart, piano
Autor: Salvador Morlet

“Marcha Zacatecas”
Orquesta Sinfónica de Minería; José Areán, director
Autor: Genaro Codina

“Ecos de México”
Cyprien Katsaris, piano
Autor: Julio Ituarte

“Galopa México”
Orquesta Filarmónica de Montpellier Languedoc-Rousillon; Enrique Arturo Diemecke, director
Autor: Angela Peralta

La riqueza musical de México durante el siglo XIX es mucho más grande de lo que suele conocerse normalmente. Existe toda una gama de sensaciones expresadas a través de colores instrumentales y vocales. Se compuso para orquestas, conjuntos de cámara e instrumentos solos. El piano destaca para las reuniones caseras, pero también como el rey de los conciertos. Su éxito: partituras simples para los principiantes, así como obras complejas para virtuosos consumados. El gusto músical del México decimonónico se inclina en ópera, por el modelo italiano, mientras que las composiciones para piano favorecen a los ritmos danzables, como la polka y el vals. Es el siglo donde el virtuosismo del joven país creó una cultura sólida, que legitimó a los mexicanos como poseedores de valores capaces de competir con los del Viejo Continente. En este contexto se desarrolló un ambiente musical cosmopolita.
Los invitamos a un paseo que nos llevará de la mano por un México joven, alegre, melancólico, meditabundo y virtuoso, con una energía y un entusiasmo que han trascendido a la historia y que hoy son parte constitutiva de nosotros.