Colofón: la familia burrón y materiales gráficos en honor a su creador

No obstante sus múltiples aportaciones al dibujo en la prensa como creador de innumerables ilustraciones e historietas, el nombre del maestro Gabriel Vargas siempre estará unido a la que sin duda es la historieta más importante de la prensa nacional, que se publicó ininterrumpidamente por décadas (desde su aparición en la revista Pepín en 1948 y hasta su último número en 2009), dejando una onda huella en la memoria de los mexicanos. El enorme ingenio de Vargas quedó plasmado no sólo a través de sus “monigotes”, sino en el habla de éstos, que involuntariamente lo convirtieron en un destacado analista de la sociedad capitalina de toda una época, principalmente de la clase media siempre con aspiraciones de superación encarnada en una familia con domicilio en el Callejón del Cuajo número chorrocientos chochenta y chocho, en donde un amable peluquero y su singular esposa, junto con sus dos hijos, el adoptado y el perro de éste, se rodearon de un sinfín de personajes, muchos de ellos inspirados en la vida real, que los acompañaron en todas sus aventuras. Don Gabriel comentaba que La Familia Burrón nació de una apuesta que hizo con León Ferrari sobre realizar un personaje femenino, al estilo de su exitoso Jilemón Metralla, pícaro, y sinvergüenza, protagonista de la historieta Los súper locos, con la creación de doña Borola Tacuche de Burrón nuestro historietista ganó la apuesta.

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