En Colombia, la matanza selectiva por parte de los vigilantes de quienes son considerados peligrosos como usuarios de drogas, jóvenes ociosos, personas LGBTQ+ y especialmente personas trans, se conoce como limpieza social. Los nombres de esas personas "peligrosas" se colocan en las paredes de las comunidades para que todos los vean. Son los siguientes en morir.

Sin embargo, limpiar también significa participar en la purificación ritual mediante el uso de plantas, en un esfuerzo por acercarse a la armonía espiritual. Estas dos formas de limpieza, la amenaza violenta de individuos peligrosos y los esfuerzos de purificación metafísica, coexisten en entornos precarios.

Limpia compara estos dos escenarios, presentando la violencia, la limpieza y la magia como formas de entender a una sociedad que a menudo se identifica con el realismo mágico y lucha con las diferencias entre lo real y lo irreal. El proyecto explora esta ambivalencia a través de un grupo de mujeres transgénero que son blanco de grupos paramilitares en una campaña de limpieza social.