En la muestra, la obra fotográfica de Humberto Ríos reflexiona sobre la memoria colectiva que permanece latente en las producciones culturales del pasado, en sus ensoñaciones y enigmas. El acto de mirar y ser mirado está presente en su serie «Tiempo suspendido», en la que el individuo es un espectro cuya presencia sólo se advierte por la función social que reconocemos en el escenario fotográfico y teatral. El estudio como lugar clave para la escenificación de contextos y la conformación de subjetividades sociales declara, en este sentido, su obsolescencia frente a la industria digital de la fotografía, en la que el rol del fotógrafo como guionista ha sido desplazado por la del retratado como editor de su propia imagen. De esta manera, la fascinación del medio fotográfico por representar al otro, abandona el escenario para encontrar vías de autorrepresentación que le den cuerpo.