Fátima se encuentra con la presencia de su abuela forzada a casarse y parir a su madre a los 14 años. Ximena con todas sus experiencias de acoso. Fervi se encuentra con su niña interna que necesita de la figura de su padre quien no sólo justifica, sino que defiende a su abusador. Y por último Verónica, quien reconoce que la violencia y feminicidios la han atormentado psicológicamente como una constante posibilidad en ella misma y en quienes la rodean.
La historia nos lleva por distintas épocas de un México patriarcal, de 1950 a la fecha, dejando entrever que se ha ganado terreno en procesos de equidad, pero que desesperantemente hay situaciones que siguen sucediendo exactamente igual que hace 70 o 100 años.
Las matildes surgen como una urgencia propia de justicia, de que la visión cambie y se marque una diferencia. Es una necesidad de continuar la lucha y el camino iniciado por tantas mujeres que ya no están, pero que su voz resuena fuerte dentro de nuestras historias.